sábado, 12 de enero de 2008

El Lago di Garda

Días 4 y 5
Desenzano di Garda
Castillo Belvedere (MMMM)
Apartahotel 65€. Muy amplio, limpio, preciosas vistas al lago, muy recomendable.
Difícil de encontrar, está a tomar por culo.
La mañana siguiente debíamos abandonar el hotel Palazzuolo de Florencia para dirigirnos hacia el Lago di Garda, así que fuimos a recoger un coche de alquiler a Europcar (suerte que estaba la oficina al lado) con un cuerpo más malo que un rayo, y emprendimos el viaje de unas 3 horas

Creo que pagamos unos 13 € de peaje en la autopista y llegamos a la turística localidad de Dezenzano di Garda. Nos costó Dios y ayuda encontrar el hotel de los cojones, primero porque allí estaban todos los pueblos pegaínos, como Gines y Castilleja, vamos y los nombres de las calles son los mismos en cada pueblo y yo me había sacado por el google maps el callejero del pueblo de al lado, o sea que imaginaros la de vueltas que pudimos dar hasta que dimos con el sitio...

En fin cuando llegamos nos pareció el paraiso, entre lo bonito y acogedor del sitio y las ganas que teníamos de llegar... Así que descansamos un poco y nos fuimos a un súper a comprar provisiones, ya que yo no podía comer más que arroz blanco y Pax se hizo unos gnocci al pesto...

Al día siguiente me encontraba un poco mejor, aunque muy débil por falta de alimento pero decidimos ir a dar una vuelta por el lago.

Primero visitamos Sirmione, la localidad más famosa y turística de la zona. Y no es para menos.
Sirmione es una península que se adentra por el sur del lago, y cuenta con un pequeño castillo muy bien conservado y con las ruinas de la Villa de Cátulo, un romano muy famoso por esos lares (aunque creo que no era el poeta)....

Lástima que esté lleno de turistas, aunque esto será tónica habitual en todos los pueblos del lago, aún así mantiene parte de su encanto.



Por la tarde decidimos ir a otro pintoresco lugar, San Virgilio (Garda), otra península con otra villa romana llena de cipreses, a las afueras de la localidad de Garda.

Hay que comentar que entoda la zona se ven ruinas romanas muy bien conservadas pero que todo se ha convertido en el típico lugar de vacaciones masificado de turistas, sin ningún reparo en cuidar la estética de las construcciones y cargándose por completo el encanto del lugar, lo cual nos decepcionó bastante.


De todas formas nos estaba encantando la rutita y decidimos continuar hacia adelante hasta Malcesano, que se situaba al pie del monte Baldo. No hay mucha distancia entre unas localidades y otras y vas por una carretera bordeando el lago con unas vistas preciosas.

Lástima que se nos fue haciendo de noche (a las 16.30 se pone el sol) y nos fuimos quedando sin luz. Al final nos hicimos todo el perímetro del lago, tardamos unas tres horas más pero ya era de noche y no vimos casi nada. Una pena, porque había unos paisajes increibles desde el norte del lago (nosotros estábamos en el sur) ya que está todo rodeado de montañas, y la parte más al norte se considera ya, pre-alpina.


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